Aunque el titulo de este post suene a titulo de libro del Dr. Seuss hace referencia a lo que paso hace unos fines de semana: me reencontré con un amigo de la infancia después de 11 años, mientras visitaba a una amiga de toda la vida, con mi novio, en Puebla, y debo decir que me encantó juntar a estas personas que son importantes para mí y ver que el resultado fue un fin de semana inolvidable.
Como asidua visitante de tan bella ciudad, sabía exactamente a dónde quería llevar a Fofo, y con la ayuda de varios residentes (Gabs, Eder, Ale y Sun, Gracias!), pude armar un recorrido bastante interesante que incluyó cosas que yo no conocía pero que con la ayuda de Google Maps, y nuestra super guía, fue fácil de llevar a cabo.
Visitamos el centro de Puebla, con todo y sus callejones y mercados de artesanías, el paseo de San Francisco, un ex convento restaurado e intervenido arquitectónicamente que fue transformado en una especie de corredor comercial, donde se ubica el Hotel Boutique La Purificadora, que también es una obra de restauración de una fábrica purificadora de agua. En Cholula fuimos a Container City, una especie de plaza abierta con contenedores de carga que funcionan como tiendas y restaurantes (en las noches bares), y recorrimos el centro y los portales.
Comimos riquísimo en La Búrbula, Karma Bagels y La Casita de Frida (un restaurante temático de Frida Kalho que Gabs sugirió porque Fofo es super fan); sucumbimos ante unos deliciosos churros rellenos de nutella, así como ante las donas Krispy Kreme; tomamos bebidas raras en Bar Fly y la terraza de la Purificadora y bailamos en el Tigre de Santa Julia y Krystal, donde por un momento, me sentí de regreso en los 90’s.
Esos churros siempre que los veo se me antojan, espero que hayan estado tan bien como se ven!
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