26 abr 2014

Funky Town

'Gotta make a move to a
Town that's right for me
Town to keep me movin'
Keep me groovin' with some energy

Well, I talk about it
Talk about it
Talk about it
Talk about it
Talk about, Talk about
Talk about movin...'

Cuando Adolfo recién se mudó al DF y yo vivía en Veracruz, solía venir de fin de semana y en sólo un par de días, él lograba sorprenderme llevándome siempre a lugares nuevos y totalmente diferentes a los que había (y todavía hay) en Veracruz. Si no hacíamos un “tour arquitectónico”, nos dedicábamos a desayunar/comer/cenar en lugares no sólo deliciosos sino además diseñados con todo el detalle y buen gusto que caracteriza a los arquitectos y diseñadores mexicanos contemporáneos.

Desde que Adolfo se fue a Puebla y yo vivo sola en México, esos días de pasear de un extremo de la ciudad a otro para conocer una casa que hizo Barragán o cenar en el nuevo restaurante que diseñaron Rojkind y Esrawe, se han esfumado, y han sido reemplazados por días enteros en la cama viendo series de los 90’s (cuando paso mis fines de semana sola, à la Charlie Peanuts) o por cenas a las 8 de la noche del sábado en algún lugar familiar y domingos en plazas comerciales varias (cuando Adolfo viene).

¿Qué ha cambiado? Por una parte, recorrer y descubrir la ciudad no es tan appealing cuando no tienes con quién disfrutarlo y comentar. No es lo mismo ir a alguno de esos lugares que solíamos visitar con alguien que no encuentra en ellos lo que nosotros como arquitectos vemos… disfrutan la comida (y más aún la bebida), pero no pasa de allí (sorry friends, es la verdad). Por el otro lado, creo que oficialmente he dejado de ser una turista y me he convertido en una habitante (chilanga jamás, no offense) de esta hermosa y caótica ciudad.

¿Y qué pasa? Es algo que me gustaría llamar el efecto NYLON (NY/London). ¿Cuántas veces hemos escuchado de amigos que tienen la fortuna de vivir en ciudades como esas (aunque seguro pasa en muchas otras, God knows que Sheffield no es exactamente París y me pasó allí también) que nunca han estado en X o Y lugar? Lugares que son la principal “atracción turística” de dicho lugar, razón misma que se vuelve la causa de por qué nunca han ido allí. Nos lo decía Melissa en New York y Hemani en Londres. Melissa nunca, en varios meses que llevaba viviendo en NY había ido a Central Park o Times Square, mientras Hemani que toda su vida había vivido en Londres, no sabía dónde estaba el Serpentine Gallery Pavilion en Hyde Park. Yo, que había visitado Londres una vez antes ese mismo año, fui mejor guía turística que ella… ¿por qué?

Supongo que cuando vivimos en un lugar, tenemos la idea de que lo que sea que queramos hacer algún día, podemos hacerlo cualquier día, sin pensar que nos pueden clausurar ese sitio porque la hija de un funcionario de gobierno se quejó (Lady Profeco I’m talking to you), o que puede cambiar tu vida porque te proponen matrimonio y guess what?, te toca mudarte a Holanda, Noruega, Bélgica, España, Italia o algún lugar menos nice que éste (porque enfrentémoslo, la ciudad de México es lo máximo).

El otro día reflexionaba sobre esto y cómo a veces se me olvida dónde estoy y todo lo que esta ciudad ofrece. La realidad es que fuera de las ocasiones en que tengo visitas, no suelo frecuentar lugares turísticos, ni siquiera aquellos que me interesa conocer como Xochimilco (porque nadie  quiere ir a Xochimilco de forever alone, ni siquiera porque YOLO). Ahora que lo pienso, las únicas cosas que hago, aun cuando estoy sola en fin de semana, involucran actividades de carácter muy local… tan local, que siento que cada que asisto a este tipo de cosas (La Lonja Mercantil, el Corredor Cultural Roma Condesa, los Foodtrucks Fairs/Bazars), veo a las mismas personas, y aunque no conozca a nadie y naaaadie me conozca a mí, siento que pertenezco a este lugar.

A veces se me olvida dónde vivo… pero me he puesto como meta recordármelo más seguido porque nunca se sabe qué puede pasar y a dónde puedo ir a parar.




g.

22 abr 2014

Coming home

‘I'm coming home, I'm coming home 
Tell the world I'm coming home 
Let the rain wash away all the pain of yesterday 
I know my kingdom awaits and they've forgiven my mistakes 
I'm coming home, I'm coming home 
Tell the world that I'm coming’

Hablar del “hogar” es todo un tema. Dicen que el hogar es donde está el corazón… pero también dicen que el verdadero hogar es donde uno creció… hasta que uno tiene su propia familia… y crea su propio hogar… o es necesario tener una familia para tener nuestro propio hogar?

Cada que vuelvo a Veracruz digo que voy a casa, pero quiero decir a mi hogar, porque ahí crecí, porque ahí está mi familia, mis amigos… porque las cosas son familiares, sé a dónde puedo ir a buscar una rebanada de pastel a media tarde (Kathinka o Champlitte), un vestido para una fiesta (esa tienda donde Miri modela y nos hace ver a cualquiera que compre los mismos vestidos como Precious), o un esquite con cacahuates japoneses (Las brisas).

Sin embargo, la realidad es que cuando voy, no me siento del todo en mi casa; me siento una huésped en la casa de mis padres, una visitante en el cuarto de mi hermano. Sí, muchas de mis cosas permanecen allá (miles y miles de fotografías, muñecos de peluche y libretas Scribe ecológico) pero la realidad es que voy de paso un par de días con una maleta (a menudo con ropa sucia para lavar allá) y tupperwares para regresar a México con comida de mi mamá.

No me malinterpreten: me gusta ir a casa. Me gusta dormir en MI cama, que mi mamá prepare para dos días toda la comida que no he podido comer en meses, ir a desayunar a la Parroquia con mi papá, ir a la playa (cuando hay buen tiempo, o sea nunca que voy), estar con Camilo, ver a mis amigas. Lo que no me gusta es pasar más de 10 horas en un autobús (viaje redondo) y pasar allá apenas unas 48 horas porque no son suficientes.

Cuando voy a Puebla tampoco es muy diferente. Con todo el “calor de hogar” que aportan las personas, hacen que uno se sienta cómodo, y sí, tal vez, hasta “como en su casa”, pero nada se compara con llegar a la que uno llama su casa, ese espacio del que uno se apropia y el cual adapta a sus necesidades. Ese sitio para mí es México, es donde vivo, trabajo y de vez en cuando salgo a pasear.

Supongo que todo es cuestión de acostumbrarse. Yo ya estoy acostumbrada a ser independiente y tomar mis propias decisiones, aunque por el momento consistan en si compro pollo para cocinar o si como Maruchan toda la semana. Estoy acostumbrada a caminar al trabajo (y prácticamente a todos lados dentro de un rango aceptable claro está), a tomar leche entera y no de dieta, a bañarme con agua hirviendo y hasta a la presión del agua de mi regadera. Estas y otras cosas hacen que aquí me sienta en casa.

Me pasó también cuando estaba en Sheffield. Tuve oportunidad de viajar un poco, y con todo y mis maravillosos anfitriones (porque la verdad es que los hostales no son exactamente los sitios más cómodos y/o acogedores), y las increíbles mini vacaciones que tuve, siempre esperaba con ansias regresar al sitio donde vivía, mi departamento, mi cuarto, y todo lo que en ese momento me era familiar, la costumbre.

Después de cuatro días en Veracruz, de playa, descanso y largas y amenas/ilustrativas pláticas con “las amistades en la vacación”, me alegro de haber ido, pero estoy feliz de estar de regreso en casa, ese lugar al que ansío regresar, donde me siento cómoda y puedo hacer lo que quiero.


 
     
 
 

g.

6 abr 2014

Behind the music

'You gotta get behind,
Cross your heart, hope to die
Splash of hype, dash of pretty
That don't mean I'll buy
Okay alright already,
They getting money
All the frauds, all the phonies,
All the fakes, slow down
It's a fast paced world, breathe, breathe...'


Durante una semana fue difícil establecer contacto con alguien ajeno a esto. Así que cada que Adolfo me preguntaba 'cómo vas?' era más sencillo tomar una foto de lo que estaba haciendo que ponerme a dar el detalle del momento.

Esto es lo que hice y lo que vi en Mextrópoli, desde mi celular.



























Y así terminó otro año de congreso, es decir, del Primer Festival de Arquitectura y Ciudad Mextrópoli en la ciudad de México. Y yo me siento muy agradecida de haber tenido la oportunidad de participar por tercera vez en este evento, se llame como se llame.


g.

**para ver mi álbum de fotos que NO incluye estas, pero sí muchas otras, clic aquí.